Una pregunta actual y recurrente: ¿Quién es el autor cuando crea la máquina (IA)?
Recaudos legales y prácticos para empresas y emprendedores que usan IA generativa.

"Miradas críticas, herramientas útiles y un compromiso con la realidad."
La inteligencia artificial generativa se ha convertido en una aliada poderosa para empresas, emprendedores y profesionales: permite diseñar imágenes en segundos, redactar todo tipo de textos, crear documentos como contratos, acuerdos, cartas de ofertas, actas, etc., también se pueden generar videos, música para campañas y hasta programar códigos. Sin embargo, detrás de esta aparente simplicidad y facilitación existen cuestiones legales que deben ser contempladas y analizadas: ¿qué pasa con los derechos de autor de lo que la IA produce?
La realidad en nuestro país: Según nuestra legislación la autoría sigue siendo humana.
Tanto en Argentina como en la mayoría de los países del mundo, solo una persona física puede ser considerada autora. Eso significa que a la IA no se le reconocen derechos de autor propios. En consecuencia, las empresas y emprendedores deben entender que:
El contenido generado por IA puede no estar protegido legalmente como una obra tradicional.
No obstante, los contratos y términos de condiciones y uso de las plataformas de IA (como Gemini, ChatGPT, Azure Copilot, DALL-E, Suno, etc.) suelen incluir cláusulas que asignan ciertos derechos a los usuarios, pero también pueden reservar derechos a la propia empresa proveedora o creadora de la plataforma.
Riesgos frecuentes para quienes usan IA en su negocio:
- Entrenamiento con obras protegidas: la IA aprende a partir de grandes bases de datos que pueden incluir libros, música o imágenes con copyright. Si tu empresa usa esas creaciones sin control, podrías estar en una zona gris legal.
- Obras no originales: lo generado puede ser considerado una derivación de material existente, lo que abre la puerta a reclamos por plagio.
- Uso comercial: mientras que usar IA para un borrador interno tiene poco riesgo, publicar o vender contenido generado por IA multiplica la exposición a reclamos.
Recaudos prácticos para empresas y emprendedores
Revisar los términos de la plataforma de IA: ¿te otorgan la titularidad de lo que generás o se reservan derechos? Esto varía y puede cambiar con cada actualización.
Registrar y documentar la intervención humana: cuanto más control creativo tengas sobre prompts, ediciones y decisiones, más defendible será tu autoría.
Evitar dependencia total: utiliza IA como herramienta de apoyo, pero asegura que el resultado final tenga una capa de trabajo humano que le otorgue originalidad.
Controlar la originalidad: existen servicios de control o verificadores de plagio que permiten comprobar si tu obra generada por IA es demasiado parecida a materiales existentes.
Transparencia en la comunicación: si se utiliza la IA para campañas o contenidos, informar a los clientes o consumidores sobre ello puede ahorrar problemas de reputación y legales.
Consultar a un especialista legal: antes de lanzar productos o campañas de alto impacto, siempre es recomendable revisar posibles riesgos con un abogado especializado en propiedad intelectual.
En conclusión
La IA generativa es una oportunidad enorme para acelerar procesos creativos y reducir costos, pero también exige actuar con cuidado. Empresas y emprendedores que la adopten deben hacerlo con conciencia de los límites legales, agregando siempre el toque humano que asegura originalidad, identidad de marca y respaldo jurídico.